
Y nos vamos transformando de a poco
con la mediocridad de los dias.
y ya no somos ni uno, ni dos, ni tres.
Sin embargo nuestros pasos
siguen guiandonos por caminos escurridizos
que devienen en callejones infinitos
que se mezclan o decantan
contra la vía, que es ese puente
de un tren que no tomamos
pero que lleva tan lejos
si nos anteponemos en su camino.
Allí donde duerme Norma
y su poesia crece en los yuyos al sol.
Allí donde la recuerdo cantar por los ojos.
Heredando en un rescate
su impotente fuerza y su lenguaje gráfico.
Interrumpiendo mi tiempo de relojes
para estamparme su presencia atemporal.
Otra vez vuelve y otra vez la abrazo
sintiendo el perfume que olvido
sintiendome su hermana otra vez.
19 de Octubre de 2006
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