miércoles, 9 de febrero de 2011

Para Su porque su Ítalo me hizo acordar a mi Julio

Otano. 1949* Cosa buena es pintar, si sirve para despintarnos de la mala pintura que cubre la realidad enseñada y nos tiene con el alma al duco.

Antes de enternecernos frente a la lámina de la Primavera (quinto grado) habíamos pasados por un tiempo de ver y entender, a esas horas en que amabamos los vidrios facetados, la deformación reveladora de los sifones contra la luz, el espectáculo maravilloso de una cucaracha rabiando en un calidoscopio.

Tenemos muchísimos párados, y en lo hondo, y perdidos están los ojos. La lista de párpados -que continuo descubriendo y clasificando- incluye la instrucción primaria, el contrato social, la tradición, el culto a los antepasados sin discriminar entre los meritorios y los iditoas, el realismo ingenuo, la viveza, el a mí no me engrupen, la necesidad de hacer juego con el ropero provenzal, el cine y Vasari. Los párpados son muy útiles porque protegen los ojos; tanto que al final no los dejan asomarse a beber su vino de luz. Otano, con grandes pinzas, ha puesto a arrancar párpados. Ay, duele; vaya si duele. Como que hace ver las estrellas.

Los ojos son para ver las estrellas

*Catálogo de la exposición Otano.1949; Galeria Cantú, Buenos Aires, 5 al 17 de diciembre de 1949

Julio Córtazar, "Papeles inesperados", 2009